domingo, 6 de abril de 2014

Vida

¿Donde acaba el sueño y empieza la realidad? En el punto que queramos creer o volar. ¿Donde queremos que acabe el sueño y empiece la realidad? Eso es lo que deberíamos preguntar.
Triste pregunta que siempre respondemos mal ¿Conocimiento o felicidad?
Erramos al responder, no al elegir. Debemos elegir, siempre y solo desde mi punto de vista, conocer la realidad que nos hará feliz.
Si ella fuese un sueño, una ilusión, una droga, una mentira, querría soñar, querría alucinar, querría ser adicto, ser un crédulo...
Pero no sueño, no alucino, no soy adicto a nada más que a su presencia, sus besos y sonrisas, no soy un crédulo.
Conozco más de lo que yo mismo se, mi realidad no acaba donde empiezan sus pupilas.
Aunque quisiese que fuese así.
El fuego arde.