El ladrillo rojo.
En una ciudad policromatica de colores vanos crearon por error un ladrillo multicolor. Era rojo, verde, azul y gris. Los era todos a la vez que ninguno, pero los otros ladrillos eran todos ciegos, ninguno le vio nada especial y lo trataron como a otro mas.
Pero él sabia que era único y su sueño era ser parte de una obra especial.
Pasó media vida entre obras y obras, cogiendo polvo del camino, de las manos de los obreros y del mismo cielo. Cuando empezaba a perder la esperanza, unas manos sin callos lo cogieron. Le dieron vueltas y lo colocaron con argamasa gris muerto.
Pasaron los días, los meses, los años, y el ladrillo no podía parar de reír. ¡Por fin le habían colocado!.
Y el ladrillo especial que era igual que los demás esperó. Y esperó. Y siguió esperando. Y un día sin mas le quitaron el velo, el edificio se terminó. Que contento estaba el ladrillo, su sonrisa se ensancho. ¡Al fin todos lo verían brillar!
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